La reforma de Hideyoshi Toyotomi ocasionó numerosos cambios sociales. Aunque con Oda Nobunaga la predisposición de los guerreros era la de alejarse de las tierras que controlaban administrativamente para instalarse en las fortalezas, con Hideyoshi en el poder esto se incrementó.
Fue un período como ningún otro en la historia japonesa, en que se caracteriza un exceso de energía en las gentes. Un ejemplo son las expediciones hasta Siam e India. “Ningún soberano japonés del pasado había asumido el poder personal, ni el mando autocrático, ni la ostentosa riqueza que poseyeron hombres como Nobunaga e Hideyoshi.”1 La aristocracia ideó su propio estilo, alejado del de la antigua aristocracia cortesana. A pesar de la persecución de la religión, los sacerdotes seguían presentes en la mayoría de los aspectos de la sociedad. Aún así, el particular gusto de los gobernantes tendía al barroquismo y se inclinaba hacia una ostentación de su poder y riqueza mediante la decoración con oro y laca. La opulenta estética de Hideyoshi se vio sumada a las influencias llegadas de China y Europa.
Hideyoshi, que en origen pertenecía al campesinado usaba el kosode y nu-bakama, símbolos de las clases más bajas. Pero como no podía ser menos adaptó estas prendas a su estatus social, es decir, las adornó para que parecieran mucho mas lujosas, dignas de su figura.
Aquí vemos un ejemplo de su vestimenta que nos recuerda a la apariencia de un sultán. Su predilección por el dorado le hizo importar hilo de oro con el que se tejían sus prendas (kara-ori). Su afición hizo que sus mujeres y concubinas favoritas adoptaran también esta moda, que la final acabó siendo imitado también por comerciantes ricos.
Las mujeres añadieron a sus kosode de blanco puro finamente decorados prendas muy lujosas de vivos colores y ricamente bordadas llamadas uchikake-ru. Estos estaban fabricados con una seda de alta calidad llamada uki-orimono, que provenía de la admirada dinastía Ming.
La extravagancia se seguía en verano a pesar del calor, no deseaban dejar de usar sus uchikake de gran valor, por ello se adaptó el estilo de llevarlo atado a la cintura pero con las mangas colgando (estilo koshimaki), de modo que la vestimenta se hacía más fresca para los calurosos días de verano.
La llegada de los portugueses trajo consigo su religión, en un principio muy bien recibida por los daimyô. Y por ello muchos samurais se cristianizaron, de ahí esta vestimenta tan curiosa, mezcla del estilo japones y europeo. Esta característica de mezcla estará más patente durante el período Meiji, cuando el quimono sea combinado con bombines o botas con total normalidad.
Artesanos y comerciantes
Fruto de las reformas que iniciaron los gobernadores, la actividad comercial que había florecido en el período Muromachi aumentó. Se articulaban entorno a las ciudades fortaleza donde se encontraban los centros comerciales expandiendo así sus riquezas.
Su fortuna les permitió imitar a la aristocracia en las vestimentas y al mismo tiempo, crearon también su propio estilo de motivos de dinámica asimétrica, formas irregulares y curvas.
La especialización de los artesanos dio lugar a agrupaciones propias cada vez de forma más frecuente, que ofrecían mayores protecciones. “Algunas organizaciones de corporaciones conocidas como za se iniciaron a mediados del siglo XIII, cuando los Hôjô suprimieron ciertos barrios comerciales de Kamakura y trasladaron a los artesanos y a los comerciantes a determinadas localidades. Durante el siglo XV, las za proliferaron enormemente y desarrollaron un modelo de organización notablemente semejante al de ciertas cooperaciones medievales europeas.” Estas tendían a concentrarse en las zonas de Kyôto, Nara y Kamakura.
Se estableció una nueva economía que ya no estaba ligada a la posesión de tierras. El uso de la moneda contribuyó a su florecimiento. De esta forma, surgió una nueva clase adinerada: los mercaderes, que se encontraban al margen de la aristocracia.
En 1589, se permitió la abertura oficial de las casas de cortesanas en Kyoto. En la figura se puede ver a una de estas mujeres vestida con un kosode ricamente decorado. La tendencia de sus peinados al estilo chino influenció en el resto de mujeres que a inicios del período Edo empezarán a llevar peinados tomando como modelos a las humildes cortesanas.
Video Nishijin
Laura Vicente
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