Breve introducción al Kimono


La palabra kimono quiere decir, literalmente, “llevar” (ki) “cosa” (mono). El principio básico de un kimono es que todos sus componentes tengan forma rectangular y estén unidos a lo largo de líneas rectas. Tradicionalmente esto permitía que los kimonos fueran descosidos, lavados y compuestos una y otra vez. De esta manera se podía mantener la forma de cada una de las partes del kimono, mientras que al lavar el kimono de seda entero se deformaría y perdería su belleza.

El kimono fue el vestido femenino por excelencia en Japón desde el siglo XV hasta después de la Segunda Guerra Mundial, periodo en el que ya se introdujo la moda occidental. Pero hoy en día aún muchas mujeres lo siguen utilizando regularmente.

15 enero, 2012

Accesorios del Kimono.

Entre los accesorios que embellecían y enriquecían el kimono siguiendo la moda del momento, la estación del año o la ocasión, y que añadían un toque personal, más o menos refinado y seductor, a la figura femenina había peines, agujas y adornos para el pelo. De estos se podía deducir muchas cosas sobre la mujer que los llevaba. Pero existían objetos accesorios incluso para el kimono masculino, más o menos valorados (y como consecuencia también quien los llevaba) por el gusto, las formas o la combinación de colores. 


Los Sagemono o “cosas que cuelgan” se contaban entre los accesorios más refinados; eran en ocasiones verdaderas obras de arte realizadas por artistas famosos o por artesanos muy hábiles, que se colgaban del obi y pendían externamente en el costado. 

Sagemono.

Comprendían un pequeño recipiente de cerámica, marfil u otro material valioso, decorado y dividido en compartimentos, para las medicinas u objetos (inrô); una perla (ojime), que bloqueaba el cordón para que no se abriera el recipiente y que también estaba decorada y tallada; y una pequeña escultura (netsuke), minuciosamente labrada en marfil o en asta de ciervo y de diversas formas, que completaba.
Ojime.


Inrô.

Netsuke.

Además de estos Sagemono existían conjuntos refinados para el tabaco, compuestos por un portapipa, pequeñas cajas parecidas a la vaina de una espada corta, una pequeña perla unida al cordón y un estuche para el tabaco. Cada detalle, hasta el botón del estuche, se elegía cuidadosamente en su forma y en el material.







Patricia Ridao

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